Moleskine
Traes un paquete para mí. Sabes que me encantan los regalos, las sorpresas. Lo abro despacio, intentando adivinar. Es una Moleskine.
Debes haberme imaginado como Chatwin, pero me temo que últimamente mis viajes son más de trabajo que por placer.
Sorprendida, te miro con mi cara de niña que no entiende nada y tu respuesta es una sonrisa.
- La tecnología frente al clasicismo, Bill Gates frente a Hemingway, el ciber frente al Café Gijón, Radiohead frente a Chopin – has dicho.
Y yo, con cara de pócker, miro tu regalo y después a ti.
Retiro la goma. Al abrirla, la misma sensación de vértigo de la primera vez. El abismo de un folio en blanco, las ganas de escribir, de destripar cosas desde dentro.
Y una dedicatoria: vuelve cuando quieras, te estaré esperando.
Sorprendida, te miro con mi cara de niña que no entiende nada y tu respuesta es una sonrisa.
- La tecnología frente al clasicismo, Bill Gates frente a Hemingway, el ciber frente al Café Gijón, Radiohead frente a Chopin – has dicho.
Y yo, con cara de pócker, miro tu regalo y después a ti.
Retiro la goma. Al abrirla, la misma sensación de vértigo de la primera vez. El abismo de un folio en blanco, las ganas de escribir, de destripar cosas desde dentro.
Y una dedicatoria: vuelve cuando quieras, te estaré esperando.
3 comentarios:
Si es que este niño...
Qué tierno ... me gusta.
Sigo siendo más de emborronar papeles que de darle al tabulador...qué se le va a hacer!... Besitos a las dos
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