Mentiras
Hoy, durante la comida, hablábamos de las mentiras.Por algún extraño alineamiento de los planetas, nos tocó debatir sobre una sola cosa, cuando lo normal en mi familia es que predominen los “diálogos de besugos” en los que cada uno intenta compartir lo que le interesa sin escuchar al que tiene a su lado.
Creo que es una cuestión de tiempo. Nos juntamos apenas media hora y queremos aprovechar ese rato para contar a los demás las cosas que nos han pasado. Eso, multiplicado por todos los que somos, hace una mezcla divertida y extraña.
Opiniones encontradas sobre las ventajas y los incovenientes de no decir la verdad, terminaron entre risas con quien se definía profesional de los embustes, frente a los que mantenían que era algo genético e inevitable y los que rechazaban de plano utilizarlas.
Me levanté de la mesa pensando en las veces que hemos hecho daño o nos lo han hecho por ellas. Y sin tomar partido por nadie, llegué a la conclusión de que cuando existen, lo mejor es que no seamos conscientes de ello.
8 comentarios:
Mentiras que suenan a verdades... Ese momento del almuerzo debe ser estupendo. Gracias por compartirlo aquí.
Besos desde mi orilla.
Ni lo imaginas, María. Una verdadera suerte. Besitos
Vengan mentiras inmensas y llenas de imaginación. Y mejor si el que las cuenta se las cree, entonces se convierten en verdades preciosas.
Un beso Ana. Te prometí visitarte hace mucho y hasta ahora no te he escrito, pero por algo se empieza.
Hasta muy pronto-
¡Menos mal que no has dado los nombres!
¿Te acuerdas que papá siempre nos ponía de protagonistas en todos sus cuentos?
Eso sí es genética pura.
Beso
¡Menos mal que no has dado los nombres!
¿Te acuerdas que papá siempre nos ponía de protagonistas en todos sus cuentos?
Eso sí es genética pura.
Beso
Qué cierta tu última frase Jimena, la comparto totalmente. Últimamente me tocáis con vuestros escritos, de alguna manera u otra habláis de cosas que he vivido recientemente. Tus reuniones familiares tienen que ser geniales.
Un beso
Bienvenida, Pina. Estás en tu casa, como siempre.
Maraña: ni un nombre, guardaré el secreto. O no. Genética pura.
Noviembre, a veces mejor no saber. Eso que nos ahorramos.
Besitos
En todo caso, todos hemos sido mentirosos alguna vez. O lo seremos en el futuro. Yo desde luego, lo he sido, y afortunadamente, lo seguiré siendo.
Eso si, sin hacer daño, las mentiras son parte de la sociedad. Y si no, que se lo digan a Aznar.
Besos
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