19 junio 2009

Por si acaso


Te felicité y me miraste con los ojos muy abiertos arqueando una ceja.


– Sí, ya sé que no es tu cumpleaños –te dije-, pero en un mes como este, hace mucho mucho tiempo, nos conocimos y me regalaste una sonrisa y la llave maestra de tus pensamientos.


– ¡Ah! ¿sí? No recordaba si fue en abril, o en junio, o en agosto…ya sabes que no soy de fechas cuando tengo una vida por delante.


– Da igual. Ninguno de los dos hemos contabilizado las letras de las canciones que aprendimos juntos, ni los libros, las fotografías, los cafés, los sueños, las risas y los proyectos.


– Tengo buena memoria, no creas.


Abrí tu mano antes de despedirme. La pasé por mi cara y te sonreí. Luego te devolví tu llave y antes de alejarme te susurré: –toma, tal vez la necesites.

2 comentarios:

Blogger Maria Coca ha dicho...

Nunca se sabe qué puede suceder... Y lo reflejas de maravilla con pocas palabras.

Sigues en racha!!!!!


Besosss

19 de junio de 2009, 19:02  
Blogger Unknown ha dicho...

¡¡esos dedos!!

2 de julio de 2009, 13:35  

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