Un golpe de suerte
Mira que te pones puta a veces.
Te empeñas en demostrar que tienes el mando y que nosotros somos marionetas. Conviertes el día a día en una carrera de obstáculos y lo pones difícil, pero que sepas que no te vas a salir con la tuya, al menos no por ahora.
Me ha costado años entender lo frágil que eres y cómo te las gastas, pero ya te vale, que esta última me la has jugado a base de bien.
Mueves los cimientos y con una llamada crees que voy a tirar la toalla, como si no me hubiera costado llegar hasta aquí, pero no, te equivocas, por mucho que me asustes yo sigo apostando a ganador.
El jueves casi lo consigues. Esperas, daño, miedo…creo que nunca me sentí más chiquitina que entonces, porque te atreviste con lo que más quiero.
Sí…la verdad es que te pusiste muy puta. Eso sí que es morder con saña.
Igual no contabas con el apoyo incondicional de los míos, con el valor de un abrazo y con la fuerza que da sentirse querido. No debiste contar con eso, pero fue lo que me mantuvo de pie entonces y lo que me da fuerzas ahora. Ni siquiera me derribaste con lo que eché de menos.
Vida, no me sigas cerrando puertas, que tengo cicatrices por todo el cuerpo de los golpes que me has dado.
Tú has querido medir fuerzas y yo sé que en ese juego vas a ganar siempre, pero he crecido, he aprendido y he llorado.
Gano y pierdo cada día, pero cuando me lo pones así, lo único que puedo pensar es que el jueves, en el fondo, todo lo que pasó fue un golpe de suerte, sí, para abrir los ojos y ver las cosas que importan, lo que tengo y lo que no.
Aquí sigo, pequeñita, pero no pienso dejar que me arrebates lo que es mío.
Y puedo ser tan puta como tú, que lo sepas, así que no vuelvas a vestirte de rojo y vamos a jugar a no hacernos daño.
Te empeñas en demostrar que tienes el mando y que nosotros somos marionetas. Conviertes el día a día en una carrera de obstáculos y lo pones difícil, pero que sepas que no te vas a salir con la tuya, al menos no por ahora.
Me ha costado años entender lo frágil que eres y cómo te las gastas, pero ya te vale, que esta última me la has jugado a base de bien.
Mueves los cimientos y con una llamada crees que voy a tirar la toalla, como si no me hubiera costado llegar hasta aquí, pero no, te equivocas, por mucho que me asustes yo sigo apostando a ganador.
El jueves casi lo consigues. Esperas, daño, miedo…creo que nunca me sentí más chiquitina que entonces, porque te atreviste con lo que más quiero.
Sí…la verdad es que te pusiste muy puta. Eso sí que es morder con saña.
Igual no contabas con el apoyo incondicional de los míos, con el valor de un abrazo y con la fuerza que da sentirse querido. No debiste contar con eso, pero fue lo que me mantuvo de pie entonces y lo que me da fuerzas ahora. Ni siquiera me derribaste con lo que eché de menos.
Vida, no me sigas cerrando puertas, que tengo cicatrices por todo el cuerpo de los golpes que me has dado.
Tú has querido medir fuerzas y yo sé que en ese juego vas a ganar siempre, pero he crecido, he aprendido y he llorado.
Gano y pierdo cada día, pero cuando me lo pones así, lo único que puedo pensar es que el jueves, en el fondo, todo lo que pasó fue un golpe de suerte, sí, para abrir los ojos y ver las cosas que importan, lo que tengo y lo que no.
Aquí sigo, pequeñita, pero no pienso dejar que me arrebates lo que es mío.
Y puedo ser tan puta como tú, que lo sepas, así que no vuelvas a vestirte de rojo y vamos a jugar a no hacernos daño.
8 comentarios:
Reconozco que los limones que te han tocado últimamente estaba más bien podridos... pero échale bien de azúcar y la limonada todavía estará buena.
Sí, Ale, estáis echando azúcar, gracias, nos la tomaremos juntos, aunque sea con un poco de zumo de cebada. Gracias por estar, por la sonrisa siempre y por los abrazos. ;-)
Cuando abres los ojos de una vez y ves la realidad, ya nada es lo mismo, ese suele el último vestigio de inocencia que nos quedaba.
un abrazo
Ahí va otra cucharadita de azúcar para tu limonada!!
Yo ahora tengo de sobra de tantas como has dado tú a mí en tantas ocasiones.
Siempre hay que estar en pie de guerra, aunque no veamos al enemigo. Y tú eres toda una campeona frente a esta realidad que a veces nos parece tan ficticia.
Besos enormes.
Atentos y al pie del cañón.
Ánimos y valor, no hay más.
La muy puñetera seguirá poniéndonos la zancadilla cuando le apetezca.
Pero esto todavía le da más valor al resto, lo pequeño, lo cotidiano es lo verdadero.
petonets, sempre.
¡Esa es la actitud!
Hacerse amiga de la vida, pero con valentía... y poniéndole los puntos de cuando en cuando.
Me gustó leerte.
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio